El gigante, el modelo de desarrollo urbano vigente, representa una amenaza para
espacios del territorio como el Parque Nacional de Doñana, y como un jaque, a este gigante, se plantea
una propuesta urbanística: el PGOU del municipio onubense de Almonte, que simboliza una excepción entre
las dinámicas locales que se dan en la comarca que circunda Doñana, un espacio de gran complejidad
urbano-territorial. El autor de este comentario destaca cómo esta propuesta de ordenación urbanística se
formula enlazando dos valores complementarios, por un lado, la necesidad de frenar el consumo de suelo,
de impugnar la exclusividad articuladora de las grandes infraestructuras viarias y por otro, la de
implantar la defensa de los derechos humanos, incluyendo los de tercera generación.