La puesta en valor del patrimonio arqueológico y potenciar la imagen de la ciudad
de Huelva, desde un nuevo acceso, son los principales objetivos que plantea el proyecto. El espacio
sobre el que se lleva a cabo la actuación es el Cabezo de La Almagra, un promontorio y lugar de
asentamiento agrícola desde la época romana, que en los últimos tiempos se ha visto degradado a causa de
la construcción de una nueva autovía. El proyecto tiene dos vertientes; por un lado, la construcción de
un centro de interpretación-mirador en la cima del cerro; por otro lado, en torno al edificio se plantea
la creación de un parque arqueológico para mostrar los restos arqueológicos hallados, y a su vez, se
pretende la recuperación de la vegetación histórica del cabezo. El edificio se desarrolla en dos
plantas: mirador y zona expositiva, esta última funciona a nivel de suelo como una ampliación interna
del parque arqueológico; y sótano. La estructura del edificio se reviste exteriormente con chapas de
acero cortén, que al oxidarse expresa el paso del tiempo y alude al Río Tinto.