El presente texto nos ofrece una visión de lo que supuso para la arquitectura
sevillana la década de los setenta, en aquel momento arrancó el germen de un nuevo discurso de la
modernidad arquitectónica en Sevilla. A través de estas líneas nos aproximamos a conocer cómo se
reformuló la práctica arquitectónica en la ciudad hispalense analizando sus elementos definitorios;
apuntando los referentes que tomaba la nueva vanguardia, por ejemplo, con la apuesta por la lectura de
la tradición moderna o con el protagonismo dado a la casa y la ciudad desde una actitud investigadora de
base analítica muy instrumental para el proyecto arquitectónico; además, se alude a aquellos que tras
una primera experiencia moderna sevillana quebrantada, impulsaron de cierto modo la normalización de la
modernización en la ciudad tras la posguerra; y concluye abordando desencuentros e incomprensiones
neovanguardistas dadas en torno a la dinámica del rigor en la escena de la arquitectura sevillana.